Retro-Análisis Pokémon Rojo y Azul

Pokémon Rojo y Azul fueron los inicios de una saga que tendría un éxito que probablemente ni la propia Nintendo esperaba. Fueron lanzados en Japón un 27 de febrero de 1996, llamándose allí Pokémon Rojo y Pokémon Verde, llegando unos años más tarde a Europa, concretamente un el 5 de octubre de 1999, y cambiando el color verde por el Azul.

Nintendo nos presentaba un auténtico RPG con combates por turnos, donde tendríamos por delante horas y horas de diversión. Se trataba de un juego con una región que explorar, donde habría varias metas que cumplir y aunque ambas ediciones presentaban la misma aventura, las criaturas que podíamos capturar no eran exactamente las mismas, aunque la mayoría de los Pokémon se podían capturar en ambas versiones, algunos de ellos eran exclusivos de la edición roja y otros de la edición azul. Por aquel entonces, no era tan habitual tener internet en casa y por supuesto la idea de intercambiar un Pokémon con alguien de otro país era impensable, la única opción de conseguir capturar los 151 Pokémon existentes en la región de Kanto, era tener un amigo con la edición distinta a la nuestra e intercambiar Pokémon con el llamado “cable link”, de esta forma se conectaban directamente 2 consolas Game Boy y tendríamos la opción de intercambiar Pokémon e incluso de combatir contra nuestro amigo.

¿Pensabais que la primera decisión más difícil era elegir entre Charmander, Squirtle o Bulbasaur? Pues sentimos comunicaros que os equivocáis, la primera decisión difícil era elegir entre hacerse con Pokémon Rojo o con Pokémon Azul. Una vez decidida la versión que compraríamos, cada una presentada con un cartucho del mismo color que le daba nombre, nos enfrascaríamos en la aventura Pokémon, eligiendo primero el nombre del personaje y una vez decidido el profesor Oak no daría a elegir entre los 3 Pokémon ya mencionados.

Con nuestro primer Pokémon ya en su Pokeball, nos despedimos de nuestra madre y comenzamos la aventura, otra de las metas, aparte de capturar a cada una de las 151 criaturas, era la de conseguir vencer al Alto Mando, una serie de entrenadores de la llamada “liga Pokémon” y que eran los mejores entregando cada uno a un tipo de Pokémon. Para hacernos con la victoria tendríamos que ir capturando los Pokémon que nos salían al paso y subiéndolos de nivel y evolucionándolos en criaturas más poderosas. Además, para poder llegar a la liga Pokémon tendríamos que ir consiguiendo unas medallas, prueba de que habíamos vencido a los líderes de los gimnasios de distintas ciudades. En total tendríamos que conseguir 8 medallas para poder optar a combatir en la liga Pokémon y vencer al alto mando.

La aventura que presentaban Pokémon Rojo y Azul podría haber sido sólo eso, una aventura clásica de los títulos RPG, sin embargo introdujo un nuevo factor, el coleccionismo. El afán por capturar los 151 Pokémon disponibles y así completar la Pokédex (especie de enciclopedia electrónica donde se recogen datos sobre los pokemon) nos asegurarían horas y horas de entretenimiento. Además, conforme avanzábamos, descubriríamos que algunos pokemon sólo aparecían en zonas específicas y que no todos los pokemon evolucionan subiéndolos de nivel, para conseguir la evolución de algunos, necesitábamos hacernos de unas piedras de evolución y otros tendríamos que intercambiarlos.

Si pensabais que completar la Pokédex sería algo sencillo, os equivocáis de nuevo, una vez finalizada la liga Pokémon venciendo al alto mando, la tarea que nos quedaba pendiente era de todo menos fácil. Al apartado ya comentado de que algunos pokemon sólo aparecen en ciertas zonas, ahora tenemos el añadido de que hay unos pokemon especiales llamados “Pokemon legendarios” los cuales eran muy difícil de capturar, primero tendríamos que llegar hasta ellos, que tampoco era tarea sencilla, y si una vez en la pelea lo debilitábamos por completo, ya nos podíamos despedir de tenerlo en nuestra colección, ya que sólo había 1 ejemplar de dicho pokemon legendario en todo el juego. No nos quedaría más remedio que apagar la Game Boy sin guardar la partida, para volver a encenderla y volver a empezar de nuevo la lucha y esperar tener suerte esta vez.

Durante el viaje pokemon descubriríamos también que para poder acceder a ciertas zonas del juego, necesitábamos hacer uso de nuestros pokemon, para ello estos debían haber aprendido movimientos especiales que podrían aprender mediante el uso de las llamadas "MO" (Máquina Oculta). Por supuesto, no todos los pokemon podrían aprender cualquier MO, por poner un ejemplo, no puedes enseñarle la MO Surf a un pokemon de tipo fuego. Estás Máquinas Ocultas se las podríamos enseñar a todos los pokemon que quisiésemos, pero tendríamos que tener cuidado, ya que una vez aprendidas por el pokemon, no se podrían olvidar.

Con Pokémon Rojo y Azul, Nintendo dio con una formula adictiva, tanto, que se ha ido repitiendo la misma fórmula en todos los juegos posteriores de la saga, claro está, se han añadido nuevas funciones, nuevas mejoras y muchas novedades, pero la esencia sigue siendo la misma e igual de adictiva, la pregunta es ¿Cuánto durará el éxito de Pokémon?

 

NOTA: 9