Análisis Yakuza: Like A Dragon

Título: Yakuza: Like A Dragon                   Plataformas: PS4, Xbox One, Xbox Series X|S y PC

Género: JRPG                                         Distribuidora: Koch Media

La saga Yakuza es una de las más conocidas y queridas de Saga en su etapa como third party. Y eso a pesar de que estuvo a tiempo de no llevarse a cabo. La idea llegó cuando la compañía acababa de hacer este cambio de paradigma, por lo que se encontraba en una situación delicada. El juego estuvo a punto de descartarse al considerarse que era una idea demasiado de nicho y no alcanzaría las cifras necesarias. Por suerte al final el proyecto sí que vió la luz y desde entonces la saga ha alcanzado cotas de ventas y de popularidad que la compañía no podía soñar en su momento, gracias a un serie grandes historias y al aplastante carisma tanto de Kazuma Kiryu como de la propia Kamurocho.

   Pues bien, después de seis entregas de la saga principal, amén de una precuela, y con la historia del Dragón de Dojima ya cerrada, Ryu Ga Gotoku decidió hacer borrón y cuenta nueva y realizar un reinicio completo para la séptima entrega, nombrada aquí como Yakuza: Like A Dragon. Nuevo protagonista, nuevos personajes, nueva historia y un nuevo sistema de juego que rompe con el conocido hasta ahora para cambiarlo por un sistema de RPG clásico, pero manteniendo la esencia que hizo grande a la saga hasta ahora. Es hora de comprobar si todos estos cambios pueden realmente hacer bien a una saga con tanta solera como ésta, de la mano de Ichiban Kasuma, el Pez Dragón de Yokohama.

 

HISTORIA

La historia se centra en un nuevo personaje, Ichiban Kasuga. Hijo de una trabajadora de un soapland (un local declarado legalmente como "casa de baños", pero que básicamente es lo que por estas latitudes se conoce como burdel) de Kamurocho, fue criado en el mismo por el dueño y por las chicas que trabajan allí. Al crecer en las calles de Kamurocho, su vida no fue para nada fácil, por lo que pasaba gran parte de su tiempo jugando a Dragon Quest y soñando con llegar a ser un héroe como su protagonista.

   Durante su adolescencia se dedicaba a atacar y robar a cualquiera que viera como un objetivo fácil. En una ocasión se equivocó al elegir a su presa y atacó a un yakuza. Para tratar de salir con vida de esa situación, el joven Ichiban recurrió a mentir y a decir que era un hombre del patriarca Arakawa, el patriarca de una pequeña pero famosa familia emergente del Clan Tojo. Ichiban no podía saber que los yakuza que le retenían pertenecían a una familia enemistada con la famiia Arakawa, al que encima ni siquiera conocía. Sin embargo, para su sorpresa el mismísimo patriarca Arakawa apareció para rescatar a su supuesto subordinado, llegando a sacrificar un dedo para poder salvarlo. Tras esto, Ichiban dedicaría su vida a seguir a Arakawa, intentar llegar a ser como él y tratar de pagar su deuda algún día.

   Años después, Ichiban ya es un miembro de la familia Arakawa. El primer día del siglo XXI, el día de su cumpleaños, el capitán de la familia mata a un miembro de una familia rival, por lo que Arakawa le pide que asuma la culpa del mortal incidente. Ichiban acepta sin dudarlo y agradecido, ya que es una forma de pagar su deuda con su mentor. Tras entregarse, acaba cumpliendo una condena de dieciocho años en prisión.

   Al salir comprueba con estupor que todo su mundo ha cambiado. No sólo no va nadie a recibirlo sino que además descubre que la familia Arakawa traicionó al clan Tojo y se alió con la Alianza Omi, de Kansai. Negándose a creerlo, Ichiban confronta a Arakawa, sólo para acabar dado por muerto y arrojado a un basurero en Yokohama. Sólo consigue sobrevivir gracias a la ayuda de Nanba, un vagabundo con conocimientos de enfermería.

   Tras estos eventos, Ichiban toca fondo por completo: traicionado por el hombre que admiraba, expulsado de la yakuza y del modo de vida que conocía, sin dinero ni refugio, viviendo como un vagabundo. En este momento se ve obligado a replantearse su vida, y es cuando recuerda su sueño de la infancia: ser un héroe como el protagonista de Dragon Quest.

   A partir de aquí la historia narra la lucha de Ichiban para levantarse de nuevo y encontrar una nueva vida, junto a varios amigos que encuentra en el camino. Realmente es una historia profunda, compleja, de la calidad tan brutal a la que la gente de Ryu Ga Gotoku ya nos tenía acostumbrados, En este caso incluso incluyen muchos elementos de crítica social a la sociedad actual, como el trato que se les ofrece a los vagabundos o a los ancianos por ejemplo. Realmente, la historia de Yakuza: Like a Dragon es magnífica, profunda, intensa y salpicada de muchos momentos de humor.

   El trato a los personajes es igual de bueno que en las entregas del Dragon de Dojima. Todos ellos son carismáticos y bien diseñados, amén de que poco a poco irán ganando en profundidad y haciéndose cada vez más interesante conforme vamos viendo más de su historia y de su interacción con Ichiban. E Ichiban es uno de los grandes aciertos de esta entrega. No era fácil estar a la altura de un personaje como Kazuma Kiryu, tan complejo, interesante y completa y totalmente carismático. Sin embargo Ichiban Kasuga cumple esta difícil misión con creces. Mientras que Kazuma era un persona seria y solitaria, Ichiban es mucho más extrovertido, sociable y directo, con la capacidad de lograr que la gente sienta apego y cariño con él rápidamente. Y nosotros no seremos una excepción. Realmente es un personaje redondo, al que pogas pegas se le podrán sacar.

 

GRÁFICOS

Like A Dragon, al igual que las entregas anteriores de la saga, sigue haciendo uso del Dragon Engine, que una vez más hace gala de su solvencia y su potencial. Por tanto, en el apartado técnico nos recordará mucho a Yakuza 6 o a Judgement. El modelado de los personajes es realmente bueno, y el trabajo de texturización es soberbio, como ya nos tienen acostumbrados la gente de Ryu Ga Gotoku. Las animaciones de los personajes también están muy conseguidas. Incluso las expresiones faciales hacen gala de una calidad altísima, como observaremos sobre todo en las numerosas cinemáticas del juego, creadas con el propio motor.

   Una vez más pisaremos las calle de Kamurocho, que usa el mismo diseño, lógicamente, y sigue dando la impresión de ser realmente una ciudad desbordante de vida, siempre con gente por sus calles repletas de neones y carteles llamativos de la plétora de tiendas y locales que la pueblan. La nueva zona, Ichinjo, también sigue un diseño similar. Con un poco más de extensión, tampoco por mucho, que Kamurocho, mantiene en común con el barrio de Kiryu el que tiene una personalidad y vitalidad propias, capaz de envolvernos y arrebatarnos el corazón, amén de tenernos dando vueltas por la ciudad durante horas sin que nos cansemos de todos sus detalles.

 

SONIDO


Generalmente, mientras caminemos por las calles de Ijincho o de Kamurocho lo haremos sin música de fondo, por lo que escucharemos el ruido del tráfico y el bullicio de las calles, lo que nos ayuda a sumergirnos en la ciudad y a reforzar la idea de que está lo bastante viva como para ser casi un personaje más. En los momentos de tensión en la historia, durante las batallas o en los minijuegos ya sí tendremos acompañamiento musical. Por lo general los temas cumplen su función de acompañarnos sin molestar, aunque pueden hacerse repetitivos en caso de que estemos luchando muy seguido por alguna misión, o si estemos durante mucho rato en algún minijuego. Los temas que acompañan a las numerosas escenas son de más calidad y se integran muy bien en la narrativa que estemos viendo.

   Los demás sonidos, desde golpes, ruido de tráfico, el sonido de las tragaperras de un local cercano o el simple bullicio de las calles, están muy bien logrados. Sin embargo, donde destaca Like A Dragon en el apartado sonoro es donde ya lo hacían todas las entregas de la saga: el doblaje. El doblaje del juego, con las voces en japonés, es realmente magnífico, tanto en calidad sonora como interpretativa. El hecho de que las voces hablen el idioma del país del Sol Naciente es otro elemento que nos ayuda a sumergirnos en el ambiente y en la propia historia. Además, Like A Dragon viene traducido al castellano, con una traducción de gran calidad, incluyendo frases y expresiones nuestras.

 

JUGABILIDAD

 

Hasta ahora la saga Yakuza, así como las precuelas y spin-offs, entraban en el género de la acción y los beat´m´up. En este caso, Like A Dragon hace un borrón y cuenta nueva y opta por un reinicio completamente nuevo, para apostar por el género de los RPG clásicos, todo ello integrado con el mismo mundo y ambiente que las entregas anteriores. A priori ésto puede sonar como una idea de bombero, algo que no termina de cuadrar, sobre todo para los fans de la saga que tantas horas han podido gastar aporreando gamerros y yakuzas por las calles de Kamurocho.

   Sin embargo, y contra todo pronóstico, el cambio le sienta bien, pero que muy bien. Este nuevo sistema se integra a la perfección con los nuevos personajes, aprendiéndose de forma sencilla, sin apenas tutoriales, y sintiéndose natural, como si fuese este hubiese sido el sistema utilizado siempre en la saga

   El aspecto de los menús en los combates nos recordará inevitablemente a a la saga Persona, sobre todo a su última entrega. El resto del sistema se basa en exponentes más clásicos del género de los JRPG, sibre todo en la saga Dragon Quest. El juego no oculta este hecho, es más, lo integra dentro de la propia historia del juego con un humor y maestría sorprendente. Al criarse obsesionado con los juegos de Dragon Quest, la imaginación de Ichiban se desboca y le hace percibir las cosas a su propia manera. Ésto hace que los enemigos sufran un cambio al empezar la batalla, como por ejemplo que Uchiban vea a un simple ratero callejero con el típico ladrón japonés con un pañuelo atado a la cabeza, o que a un simple ofinista que busca gresca para desestresarse lo vea con unos demoníacos ojos rojos.

   Incluso el aspecto de nuestros protagonista depende en combate de la psique de Ichiban, ya que se verán con un aspecto u otro según su "clase". Esta clase se corresponde con el trabajo que tengan nuestros protagonistas, que a fin de cuentas vienen siendo un grupo de inadaptados que deberán buscarse las habichuelas como puedan. Por tanto, deberán acudir en un momento dado a una empresa de trabajo temporal, que les ofrecerán diversos trabajos que podremos elegir para cada uno. Cada uno de estos trabajos tiene una gran variedad de habilidades de todo tipo, que iremos desbloqueando conforme adquiramos experiencia y subamos de nivel en cada uno.

   Como en las entregas de anteriores, Like A Dragon tiene muchos elementos de sandbox, ya que podremos movernos y explorar Isekai Ijincho a nuestro antojo. En este caso, el mapeado de esta nueva ciudad aparecerá cubierto por una niebla de guerra, que tendremos que ir despejando a medida que lo exploramos, de nuevo como un guiño a los JRPG clásicos. La cantidad de opciones, actividades y minijuegos que nos ofrece es ingente, como ya estamos acostumbrados de entregas anteriores: podremos comer en una gran cantidad de restaurantes con nuestros compañeros, relajarnos en bares de hostess, jugar en locales de máquinas tragaperras o en locales clandestinos de shogi, jugar a juegos clásicos en el Club SEGA, pasar el rato cantando en un karaoke... Realmente podremos pasarnos horas y horas sin parar de dar vueltas y de hacer cosas sin avanzar siquiera en la historia.

   También tenemos varios minijuegos disponibles, como una versión light de Sonic Racing o Mario Kart, llamada Dragon Kart, con su propia línea de misiones secundarias. Otro minijuego de getión permitirá a Ichiban dirigir una empresa de dulces en horas bajas y elevarla al número uno del ranking de empresas de Yokohama, eligiendo las inversiones y el personal necesario. Incluso tenemos un homenaje bastante gracioso de la saga saga Pokèmon, con un científico llamado profesor Sujimon queriendo realizar una enciclopedia de las amenazas posibles en las calles de jincho. Para ello nos dará la Sujidex, una enciclopedia interactiva en la que se registrará cada enemigo con el que nos encontremos, con el objetivo de registrarlos a todos. Incluso, al "darnos" nuestro primer Sujimon para la Sujidex, nos permitirá elegir entre un Sujimon azul, otro rojo y otro verde...

 

CONCLUSIÓN

 

Yakuza: Like A Dragon es un título redondo, al igual que sus antecesores. La historia es interesante y profunda, con momentos humorísticos, e incluso absurdos, que nos arrancarán más de una sonrisa sin perder ni un ápice de la seriedad y epicidad que tiene en otros. Todos los personajes están construídos de una forma magistral y derrochan personalidad y carisma, sobre todo Ichiban, que logra estar a la altura del propio Kazuma Kiryu a su propia manera. La nueva ciudad está tan viva como la propia y querida Kamurocho. El cambio de sistema está llevado de forma ejemplar, de tal forma que nos parecerá como si la saga siempre hubiese sido un JRPG. Y también tendremos la verdaderamente ingente cantidad de contenido secundario, minijuegos y posibilidades que ya nos ofrecía Kiryu en cada entrega.

   No sólo es una compra prácticamente obligada para los fans de la saga, que podrán comprobar este renovado sistema y conocer una plétora nueva de personajes a los que amar. También es un juego muy accesible para aquellos que no pudieron seguir la historia de del Dragón de Dojima, tan larga que hacía complicado subirse al carro si no se había hecho desde el principio. Realmente es una compra más que recomendable.

 

NOTA: 8,8