Análisis Metro Exodus
Título: Metro Exodus Plataformas: PS4, Xbox One y PC
Género: Acción Desarrolladora: 4A Games
El cierre de la trilogía Metro supone todo un aliciente para los amantes de una saga icónica en PC. Volver a meternos en la piel de Artyom y viajar más allá de los lúgubres y radiactivos rincones del metro de Moscú nos van a permitir vivir una aventura que ejemplifica a la perfección la metáfora de la vida, de luchar, de sufrir, de desconfiar, de amar, de perder. Un viaje a través de la Rusia más variopinta, cruel y salvaje, que nos invita a descubrir otras fórmulas hasta ahora no exploradas por los desarrolladores 4A Games y que hacen de este Metro Exodus el mejor capítulo de la saga, aunque con muchos matices que iremos desglosando en este análisis. Su apuesta por el mundo abierto, aunque con limitaciones en el tamaño del escenario, y su magistral fórmula de crear escenarios claustrofóbicos y llenos de detalle que se intercalan casi sin darnos cuenta nos permitirá devorar el tiempo y disfrutar de una experiencia de un solo jugador que es la más firme candidata a ser la aventura del año. Casi nada.
HISTORIA
La historia de Metro Exodus nos sitúa en el año 2036, justamente dos años después de los eventos de Metro: Last Light y prosigue la historia de Artyom, el protagonista principal de la serie tomando, como es obvio, el final en el que nuestro héroe sobrevive (perdón por el spoiler). Moscú ha sido devastada por una guerra nuclear en el año 2013 y muchos de los supervivientes viven en el sistema subterráneo de trenes desde entonces. Tras los acontecimientos ocurridos al final de Metro: Last Light, el búnker D6 logra resistir al ataque que lanzó la facción enemiga de La Línea Roja. Por otro lado, Anna, la esposa de Artyom, ha logrado dar a luz al primer hijo de la pareja. Unos acontecimientos que llevan a nuestro héroe a no cejar en su empeño de encontrar un nuevo hogar donde vivir por lo que nuestra aventura comienza con la salida al exterior buscando comunicación con otros humanos. Pero una serie de acontecimientos precipitan la huida de Artyom y un grupo de soldados, entre los que se encuentran nuestra esposa y nuestro suegro Miller, que también es el Jefe de la Orden, en un tren llamado la Aurora que se convertirá desde ese momento en nuestro centro de operaciones y punto neurálgico para hilvanar las historias de los personajes secundarios que sirven de vehículo a la trama principal que no desvelaremos pero que, sin duda, está cargada de simbolismo y épica.
El juego nos permitirá ir viajando entre diferentes escenarios de Rusia con ambientaciones diametralmente opuestas. Más de un año de viaje en tren con cerca de 8.000 kilómetros recorridos que nos llevarán a pasar de lugares fríos y siniestros como Moscú a zonas desérticas como el Mar Caspio dejando por medio fortalezas de sicópatas asesinos o los verdes y extensos bosques de la Rusia más salvaje. Un recorrido muy dinámico y variopinta que invita al jugador a descubrir cada rincón de unos mapas, que pese a ser mucho más grandes que los disfrutados en las dos primeras entregas, pecan en exceso de ser demasiado lineales en cuanto a objetivos diluyendo esa primera sensación de mundo abierto que propone este Exodus.
GRÁFICOS
Si afirmamos que Metro Exodus se ha convertido por méritos propios en uno de los exponentes gráficos de la actual generación ni estamos exagerando ni hemos bebido demasiado vodka. La salida al mundo exterior a la saga ha permitido a los desarrolladores crear escenarios muy ricos en detalles con ciertos altibajos, eso sí. Algunos escenarios rayan la perfección (las zonas desérticas) y otros, pese a su buen acabado no están a la altura. El realismo conseguido en la recreación de una Rusia tan grande y heterogénea es sublime. Hay un mimo perceptible en cada uno de los rincones de los escenarios con multitud de detalles: vegetación, fauna, efectos climatológicos sublimes… Eso sí, más de una vez, mientras pasamos frío el juego nos dará un buen bofetón al mostrarnos alguna que otra textura que afea un conjunto muy sólido y que entra por los ojos nada más empezar a disfrutarlo.
Mención aparte para el modelado de los personajes. Aquí 4A Games no ha alcanzado el techo gráfico de algunas de sus localizaciones y pese a mostrar humanos y criaturas con gran detalle, también peca en que son demasiado fríos, hieráticos y sus animaciones para la fecha en la que nos encontramos no están a la altura de lo que se le puede exigir a un juego triple A como este. Cuando hablamos con los personajes nos da la sensación de que son robot, con movimientos muy marcados y poco naturales. Una experiencia que se recrudece a medida que avanzamos en nuestro largo y tedioso viaje en tren y al que finalmente nos terminaremos acostumbrando.
Uno de los grandes ganchos publicitarios de Metro Exodus en su apartado gráfico ha sido la utilización de la novedosa técnica gráfica Raytracing, propiedad de Nvidia. Una característica que permite dota a esta entrega de la mejor iluminación que existe en un videojuego acentuando aún más si cabe una de las características que siempre han definido a esta saga como es jugar con la luz y la oscuridad en el opresivo metro de Moscú. Con Exodus esa sensación mejora considerablemente con el cálculo en tiempo real de los rayos de luz lo que le confiere un realismo que abruma.
Para poder disfrutar de esta característica, el juego ha sido probado en un PC con un i7 8700K overclockeado a 5Ghz, 16 GB DDR4 y una Nvidia RTX 2080Ti moviéndolo siempre por encima de los 70 fps en resolución 2K (2560x1440) en el modo de calidad gráfico Extremo, un peldaño por encima del Ultra y siempre con el Raytracing activado, que penaliza bastante el rendimiento. Y así el juego luce en su máximo esplendor dotando a los jugadores de PC con el orgullo, otra vez más, de poder presumir de la mejor versión de este multiplataforma que tiene que conformarse con correr a 30fps en las dos variantes de Xbox One y PS4 en detalles medios.
Pese a todo, si prescindimos del Raytracing (un pecado si tienes la posibilidad de disfrutar con tal opción y por tanto eres propietario de una tarjeta gráfica de la serie RTX de Nvidia), obtendremos unos resultados también muy buenos disparándose los fps por encima de los 100 y alcanzando en muchos momentos los 144 hz de los que dispone el monitor en el que se ha ejecutado el juego.
En ordenadores más modestos, el juego demuestra su buena optimización y permite superar sin problemas los ansiados 60fps en calidad Alta lo que permite disfrutar del juego de un apartado gráfico apabullante que en muchas ocasiones nos ofrecerá momentos de sorpresa y júbilo por el gran trabajo de recreación gráfico que se ha realizado pese a que 4A Games no había salido, hasta ahora, del metro. Si tienes hipo, ya tienes curación.
JUGABILIDAD
Metro Exodus es un shooter en primera persona que mezcla con gran maestría la acción y el sigilo y que en esta tercera entrega sigue creciendo para ofrecernos pequeñas pinceladas de rol al poder mejorar nuestro equipamiento (máscara, peto, brújula, sensor de movimiento, etc) y personalizar con bastantes variantes a nuestras armas. Una novedad esta última en esta tercera entrega que hará las delicias de los amantes del looteo puesto que para ir mejorando y diversificando nuestro arsenal deberemos explorar los escenarios y saquear a nuestros enemigos arrebatándoles las piezas que luego podremos usar para convertir un Kalashnikov en un rifle de francotirador o una rudimentaria pistola en un subfusil, por ejemplo.
El juego, en ese sentido, premia y mucho al que decide investigar y recorrer de punta a punta los escenarios. Pese a no ser excesivamente grandes, hay algunos que sí ofrecen las suficientes localizaciones como para perdernos un buen tiempo mientras vamos avanzando en la historia y cumpliendo las misiones principales que nos requerirá nuestro suegro así como otras secundarias que nos irán solicitando nuestros compañeros de viaje. En ningún caso obtendremos premios o bonificaciones por ellas pero sí que ahondaremos en las historias personales de cada uno de nuestros compañeros enfatizando así en la historia de un viaje cruel y a la desesperada huyendo de la radiación en el que por suerte no estaremos solos.
Las misiones que afrontaremos no vienen a revolucionar el sector pero sí que tienen su personalidad. Sin ahondar en detalles para no destripar nada de la historia, no nos sentiremos como unos recaderos de un lado para otro ya que todo está muy bien hilvanado y las tareas a realizar se encadenan unas con otras de manera bastante fluida por lo que en ningún momento tendremos el agobio de tener varias búsquedas a la vez mientras nos abrimos paso entre hordas de arañas y lobos mutantes. Hay, como ya imaginaréis, misiones de exploración, de eliminación, de resistencia y también rompecabezas que, pese a no ser muy elaborados y complejos, si confieren al juego un toque de frescura al invitarnos a investigar cómo abrir cierta puerta o encontrar tal objeto.
Como ya es seña de identidad de la saga Metro, cualquier misión puede realizarse de manera sigilosa o con la escopeta en la mano. Hacerlo de una manera u otra nos conllevará más tiempo o una mayor dificultad al haber zonas en las que los enemigos son muy numerosos y será mejor opción pasar desapercibido. En mi caso concreto, en el 95% de las ocasiones he preferido optar por la fuerza bruta y he disfrutado de unos tiroteos y momentos memorables. En ese sentido, al eliminar a un gran número de enemigos he contado con una gran cantidad de munición y materiales lo que ha redundado en que la dificultad del juego se reduce drásticamente. Superar los objetivos con sigilo, en la mayoría de ocasiones, no nos hará gastar ni una bala pero a su vez también nos penalizará con un menor botín. Tú eliges qué prefieres.
Aquí entra también la opción de jugar con los ciclos de tiempo. El juego recrea a la perfección los ciclos de día y de noche y nos invita a jugar con ellos en nuestro propio beneficio. Superar una misión de noche hará que los enemigos tengan más dificultades para vernos pero por el contrario, en determinados escenarios abiertos, dará la oportunidad a las bestias radiactivas a hacer acto de aparición por lo que la experiencia es diametralmente opuesta. Todo un acierto que le confiere al juego un importante plus de rejugabilidad pese a ser bastante lineal en su propuesta jugable.
Una rejugabilidad que también viene marcada por los coleccionables que podremos ir encontrando por los escenarios: cintas de audio, cartas y postales. Muchos de ellos estarán en los lugares más recónditos pero son todo un estímulo porque potencian el lore del juego ofreciéndonos más pinceladas y detalles de la Rusia postapocalíptica que vive sumida ahora en una segunda prehistoria con hombres dando caza a otros hombres mientras a su vez son cazados por bestias de todo tipo.
En esta nueva entrega también se incluye un nuevo sistema de economía donde ya no se utilizará la munición como moneda de cambio. En su lugar existirán dos elementos: piezas y herramientas y elementos químicos que serán los dos componentes necesarios para fabricar munición, botiquines, filtros de aire para nuestra máscara, etc. Equipamientos que podremos fabricar en cualquier momento gracias a una mochila que portamos y que facilita, en algunos casos, la experiencia ya que si somos bastante exploradores podremos llevar una gran cantidad de estos dos elementos lo que nos facilitará la supervivencia. Eso sí, no encontrarás botiquines ni curación en los escenarios y tampoco podrás crear munición. Solo podrás curarte con tus botiquines o descansando en los pisos francos que iremos encontrando en los escenarios en los que podremos dormir y cambiar también el ciclo del tiempo por si preferimos continuar el escenario de noche o de día. Allí también encontraremos las mesas de trabajo en las que podremos, ahora sí, crear munición para los diferentes tipos de armas, que llegan a la decena sin tener en cuenta que con las especializaciones éstas pueden variar notablemente. También en estas zonas de mejora podremos (y deberemos) limpiar nuestras armas porque con el uso se irán ensuciando y si lo obviamos podremos quedarnos en más de un momento con el arma encasquillada. Además, a medida que se ensucian pierden precisión y daño por lo que deberemos estar atentos a su mantenimiento.
A lo que hay que sumar también que las armas pueden personalizarse con hasta cinco accesorios (miras, cargadores, cañones, empuñaduras, etc) y podremos hacerlo tanto en cualquier punto del escenario como en la mesa de trabajo. En todo momento llevaremos un máximo de tres armas, empujando así al jugador a que construya su propio modo de juego con las armas que se sienta más cómodo: larga distancia, corta distancia, con silenciador, con cañón de gran impacto, automáticas, etc. Todo un acierto al facilitar así una experiencia de juego más inmersiva y que premiará a los más sigilosos o a los más violentos con armas acordes a sus decisiones. Y ahí también influye, como no, la configuración del arma. Si optamos por el sigilo instalaremos silenciadores que nos harán pasar desapercibidos pero penalizarán el daño de nuestro arma.
Los tiroteos son otro de los pocos peros de este juego. Pese a ser dinámicos y violentos a veces no son muy precisos y nos enfadará (y mucho) el haber disparado con una escopeta a 30 centímetros de un zombie y no haberle provocado ningún tipo de daño. El juego tiene problemas con la balística y las colisiones e impactos y, pese a no ser un mal muy generalizado, en más de una ocasión nos sacará de nuestras casillas el ver cómo fallamos un disparo que era imposible errar. Lo que sí se premia son los disparos a la cabeza: uno y el enemigo está muerto. Aquí no hay esponjas de balas a excepción de ciertos jefes de zona que requerirán de toda nuestra artillería para tumbarlos. En general, serán necesarios un par de disparos al cuerpo para tumbar a cualquier enemigo lo que dota con un gran realismo al juego que se ve penalizado por esos problemas de colisión de las balas. Imaginamos que con algún parche futuro se solventará, pero al haber probado el juego en su versión inicial con solo dos parches en sus primeros días, es la (ingrata) experiencia que hemos tenido.
Siguiendo con las asperezas de Metro Exodus, el juego adolece de una inteligencia artificial (IA) bastante precaria y mediocre. Los enemigos no tienen pautas muy definidas a la hora de abordarnos y siempre intentarán el ataque frontal por lo que su supervivencia frente a nuestra pericia apuntando (si obviamos el problema de los tiroteos) es casi nula. Lo mismo sucede con las bestias. Todas atacarán de manera frontal y salvo honrosas excepciones, no nos flanquearán. Además, durante los tiroteos, los enemigos pese a buscar cobertura no se moverán de la misma facilitando los disparos a la cabeza si sabemos medir los tiempos. Otro punto que perjudica al conjunto y que nos invita encarecidamente a optar por el mayor nivel de dificultad para que sea realmente un reto el juego.
El sistema de guardado es bastante simple. A medida que avanzamos habrá checkpoints que de forma automática nos facilitarán la labor si cometemos un error y tenemos que volver a empezar, pero como buen juego de la vieja escuela, podremos ir guardando de forma manual cada segundo si queremos (a excepción de si estamos en un combate) por lo que en momentos de máxima tensión cuando estemos investigando una instalación subterránea llena de bestias estaremos más pendientes de guardar cada 5 segundos que de nuestro nivel de vida. Un sistema que en alguna ocasión ha provocado problemas de guardado en varios puntos muy concretos y que, por ejemplo en mi caso, me vi obligado a reiniciar un nivel desde el principio al quedarse el personaje bloqueado y no poder avanzar. Consejo, no guardéis nunca en ascensores y cinemáticas en tiempo real. Avisados estáis.
Otra se las señas de identidad de la saga Metro es que nuestras decisiones, en mayor o menor medida, acarrean consecuencias. De ti dependerá si quieres dejar con vida a unos bandidos puesto que de no hacerlo a lo mejor más adelante sus compinches en vez de ayudarnos quieren cortarnos la cabeza. En la mayoría de ocasiones, el juego te incita a no ser violento y apostar por el sigilo y tus compañeros de viaje te regañarán si has provocado una carnicería. Decisiones que conllevan que el juego tenga varios finales como en las anteriores entregas por lo que de nuevo aquí volvemos a aplaudir a 4A Games ya que nos incitará a volver a empezar la aventura y tomar otras decisiones diferentes para desbloquear otro final a esta aventura.
También destacables son las conversaciones con nuestros compañeros, aliados y enemigos que nos iremos encontrando durante la aventura. Son bastante profundas y vienen muy bien para relajarnos tras vivir un momento de estrés y tensión. Durante las mismas podremos interactuar con los NPCs fumando, bebiendo o incluso tocando la guitarra. Porque hablar, hablaremos poco. Artyom es un personaje mudo y de ello se jactan todos nuestros compañeros y sobre todo nuestra esposa Anna. 4A Games hace autocrítica regañándonos por nuestra timidez en un claro guiño a la introvertida personalidad del personaje principal que pasa de ser el gran héroe nacional al mayor ser antisocial que haya conocido la madre Rusia.
Teniendo en cuenta todas estas variables, el juego nos ofrece la nada desdeñable cifra de 25-30 horas para acabarlo. Podremos estirarlo unas cuantas más si decidimos explorar todos los escenarios en busca de los coleccionables. Si a ello se le suma la posibilidad de conocer otros finales y cambiar nuestra manera de actuar y afrontar las misiones, el juego puede estar más tiempo del que te imaginas en tu disco duro.
SONIDO
Otra de las piedras angulares sobre las que pivota este Metro Exodus es su potente y meritoria capacidad de inmersión sonora. Por mucho despliegue gráfico que atesore, sin un sistema de sonido posicional tan elaborado y a la vez tan mimado en la elección de lo que percibimos, no sería un juego completo. 4A Games ha conseguido, otra vez, volver a hacernos sentir miedo y claustrofobia mientras atravesamos una inhóspita fábrica a oscuras y el silencio nos devora. Todo está medido. Los gemidos, los ruidos que emiten bombillas parpadeantes y equipos eléctricos averiados, nuestros pasos, unas latas movidas por el viento… Todo está mimado hasta la extenuación para oprimirnos y premiarnos con una experiencia única. Jugarlo con unos buenos cascos que nos aíslen de todo el ruido y jugar a oscuras es una experiencia muy recomendable y yo diría que exigible. Así es como se degusta y se aprecia esta inmersión que viene precedida por un brillante motor gráfico pero cuyo principal motor para alcanzar el culmen es el apartado sonoro.
Y si los sonidos de ambiente marcan la experiencia en Metro Exodus, su banda sonora tampoco se queda atrás. Las piezas musicales, bastante variadas, nos acompañarán a la perfección durante nuestros momentos de sigilo y también, como no, durante los tiroteos. Potentes melodías darán paso a otras más tranquilas y livianas durante nuestros periodos de exploración conjugando así una banda sonora muy rica en matices y que casa a la perfección con lo que estamos viendo en la pantalla.
El juego viene totalmente doblado y traducido al español. Tanto voces como textos están en un perfecto castellano ofreciéndonos una gran variedad de actores y actrices, muchos de ellos reconocibles y asiduos en la industria del doble de videojuegos. Una señal inequívoca de que estamos ante un juego triple A.
Pese a que no es un juego que tenga excesivos textos, si no tenemos en cuenta las cartas coleccionables, sí que ahonda en los diálogos como ya hemos dicho bastante enriquecedores. Muchos de ellos nos sacarán una sonrisa y otros nos harán dudar incluso de la existencia humana. La interpretación está a un gran nivel y pese a que las animaciones de los personajes son bastante hieráticas se suplen con unos diálogos bastante trabajados. Eso sí, volvemos a repetir, nos quedaremos esperando a escuchar a Artyom durante los mismos. Solo podremos oírle durante el inicio de cada misión a modo de introducción sobre los pormenores de nuestro viaje. Es otra de las señas de identidad de Metro y si funciona, ¿por qué tocarlo? Chitón.
Las armas también son otra de las grandes beneficiadas de este exquisito nivel sonoro. Suenan contundentes en nuestras manos y cada una de ellas tiene su propia personalidad, tanto en el uso, como en la presión sonora que emiten cuando disparan. Utilizar una ballesta y su característico siseo o una ametralladora ligera y su ensordecedor bramido están muy bien recreados.
CONCLUSIÓN
Afirma en un momento de la aventura nuestra esposa Anna que “los sueños se forjan cuando salimos al exterior. Todo el mundo debería tener un destino, un lugar donde poder soñar”. Palabras con las que define a la perfección lo que es Metro Exodus, un viaje a los juegos de antaño en los que se mima con detalle el conjunto y se premia al jugador con una experiencia única e irrepetible. No hay que soñarlo porque es real. Pese a no ser un juego redondo, ofrece una de las mejores historias de los últimos años todo ello envuelto en un apartado gráfico y sonoro de primer nivel. Sentirás el frío, tendrás miedo, te asaltarán las dudas y vigilarás siempre tu espalda. Todo puede pasar en la salvaje Rusia postapocalíptica durante un viaje sin retorno en el que perderemos a compañeros y amigos y ganaremos a otros. El objetivo está claro, encontrar un lugar donde poder soñar. Artyom lo ha conseguido con creces. ¿Y tú, estás dispuesto a acompañarle en su odisea? No te defraudará.
LO MEJOR
- Un apartado gráfico apabullante. Es junto con Battlefield 5, lo más puntero a nivel gráfico. Su uso del raytracing le confiere un realismo muy lejos de propuestas similares. Si tienes una Nvidia RTX estás de enhorabuena.
- La historia ofrece interesantes giros y conversaciones memorables. Tener varios finales dependiendo de nuestras decisiones es un plus más para disfrutarla.
- El sonido roza la perfección y nos sumerge como nunca en una experiencia jugable muy satisfactoria.
- La posibilidad real de jugar de dos maneras totalmente diferentes: sigilo o acción. Hacerlo de una u otra cambia radicalmente la experiencia.
- La personalización de armas y la variedad de las mismas. Algunas de ellas son simplemente perfectas (¿he dicho ballesta?)
- Totalmente traducido y doblado al castellano.
LO PEOR
- El juego adolece de unos tiroteos algo erráticos y que presentan problemas en las colisiones de los disparos.
- La IA es deficiente. No supone ningún reto. Es su mayor pecado.
- Pese a ser gráficamente un portento, hay zonas con menor mimo y nos encontraremos con texturas de baja resolución que afean el conjunto.
- Las animaciones de los personajes son bastante robóticas. Pasarán sin pena ni gloria.
NOTA: 9
- Visibilidad:
- Videojuegos:
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JUEGOS DESTACADOS
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