Análisis Oninaki

Título: Oninaki                                       Plataformas: PlayStation 4, Nintendo Switch, PC

Género: J-RPG                                       Distribuidora: Koch Media

Tokyo RPG Factory, compañía dedicada a traer de nuevo al centro de la palestra al género de los J-RPG, nos trae ahora Oninaki. Tras I am Setsuna y Lost Sphear, con esta tercera obra tratan de actualizar y modernizar algunos elementos, como el sistema de combate, por ejemplo, pero manteniendo intacta la esencia del género.

   Es hora entonces de ver lo que nos depara este viaje a través del ciclo de la vida y la muerte a través de los ojos de Kagachi, Guardián del Velo y custodio del correcto paso de las almas. Adentremonos en Oninaki.

 

HISTORIA

El mundo que nos presenta Oninaki se estructura por completo alrededor de un concepto: la reencarnación. Cuando una persona muere, su espíritu pasa más allá del Velo y se reencarna en una nueva vida, manteniendo el ciclo de la vida y la reencarnación. Es por eso que, cuando alguien muere, se indica a sus seres queridos que no deben entristecerse, ya que eso puede conducir a que el alma del difunto se llene arrepentimiento, lo que hará que pierda su camino y no logre reencarnarse. Es más, si un alma sigue atrapada en este mundo mucho tiempo, sin poder encontrar de nuevo el camino, puede llegar a convertirse en un alma perdida, transformándose en un monstruo que caza almas y seres vivos por igual.

   Todo esto, todo lo que incumba a la reencarnación y sus leyes, está dirigido por la Veil Watch, la Guardia del Velo, que se encarga de guiar a las almas al más allá. En la historia encarnaremos a Kagachi, un joven recién entrado el Guardia del Velo, que irá descubriendo, en cada paso de la historia, cada una de las funciones y responsabilidades de un Guardia; desde su primer trabajo, encontrar el alma de un niño y guiarle con sus padres para que pueda avanzar, a enfrentarse a las consecuencias de las acciones de una secta o cazar asesinos. En un punto del camino, Kagachi se cruza con una niña a la que conoció en su juventud, y que misteriosamente mantiene el mismo aspecto y edad, así como con con el Demonio Nocturno, un espíritu vengativo legendario que supone una amenaza para los mismos cimientos del reino.

   En cuanto a la narrativa, la historia de Oninaki es bastante interesante, aunque se desarrolla de una forma algo lenta. Conforme vamos avanzando se nos va desarrollando cada vez más el mundo que nos rodea. Eso le da una riqueza increíble al propio mundo, sin duda lo mejor del juego. Resulta increíblemente interesante ver cómo la idea de la reencarnación afecta a todos los puntos del mundo, desde la mentalidad y las creencias de la gente, a las propias leyes del reino. Sin embargo, el aprovechar la historia para enriquecer el lore, digamos, hace que la historia propiamente dicha se nos desvele a un ritmo algo más lento de lo deseable. Es interesante y tiene algunos buenos giros, pero el propio mundo que nos rodea es lo que entraña más peso en el nivel narrativo y de ambientación.

   Tampoco podemos dejar de señalar que la historia de Oninaki, tras una primera lectura, hace hincapié en cuestiones más profundas y trascendentes de lo que solemos encontrar en un videojuego, como son la reencarnación y cómo nos puede afectar este idea tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestra forma de enfrentarnos al mismo concepto de la muerte.

 

GRÁFICOS

El apartado técnico de Oninaki no es especialmente bueno. No es malo, pero tampoco es nada del otro jueves. Los modelados de los personajes no está mal, pero poco más. El efecto cell-shading tampoco está a la altura de otros muchos títulos que presentan este efecto, tanto actuales como con unos cuantos años a sus espaldas. Los efectos de luces de los golpes y habilidades tampoco es que destaque; no están mal conseguidos, pero no es nada que nos sorprenda o nos llame la atención.

   El diseño de los escenarios no es malo, pero resulta muy lineal. Generalmente los escenarios son bastante bonitos y agradables de ver, pero suelen tener una paleta de colores bastante uniforme, sin elementos que destaquen o rompan la monotonía visual, por lo que acaban pareciéndose bastante entre ellos y haciendo que pierdan cualquier elemento que pudieran hacerlos destacables. El diseño de los escenarios cuando cruzamos el Velo, sin embargo, sí es muy bueno. Es el mismo escenario, pero con colores más oscuros, casi en negativo, y con varios elementos que le dan un aire mucho más onírico, espiritual, que realmente hace muy interesante esta dimensión alternativa.

 

SONIDO

 

En el apartado sonoro, Oninaki es bastante bueno. Las composiciones son de una calidad bastante alta, y algunas contarán con bastante épica. Además, no nos molestarán en ningún momento. El resto de efectos sonoros están bastante en la media, la verdad; no son malos, pero tampoco destacan.

   En cuanto a las voces, nos las encontraremos únicamente en japonés, con subtítulos en inglés. La calidad del doblaje es buena, aunque al estar en el idioma nipón no podremos entender nada, amén de que se nos pueden escapar bastantes matices. Un buen detalle es que, en ocasiones, Kagachi y el daemon que tenga seleccionado hablarán de repente, lo que ayuda a creernos más a los personajes y su relación.

 

JUGABILIDAD


Oninaki renuncia al sistema de batallas por turnos, más extendido en el género y el sistema utilizado en los títulos anteriores de Tojyo RPG Factory, por un sistema de batalla en tiempo real, cercano casi a un hack´n´slash. Para ello, Kagachi se "armará" con daemons, almas que no lograron atravesar el Velo, pero que lograron evitar convertirse en Perdidos con el tiempo, al precio de sus recuerdos. Cada una de los daemons tiene un arma y estilo diferentes: una de ellas luchará con espada, otra con lanza, una empuñará una ballesta y una pistola de forma simultánea... Incluso podremos obtener un daemon que se corresponde con el alma de un lobo.

   Podremos "equparnos" con cuatro daemons de forma simultánea, entre los que podremos ir cambiando en cada momento. Dependiendo del que estemos usando en ese momento, Kagachi usará su arma y habilidades. Cada una de estas almas aliadas dispondrá una habilidad personal (dash, doble salto, un escudo o un pequeño teletransporte, por ejemplo), además de varios ataques, que podremos asignar a cuatro botones preparados a tal efecto.

   Otro punto resañable es el sistema de desarrollo de nuestros daemons. Conforme vayamos utilizando cada no de ellos, iremos obteniendo diversas piedras, según el que estemos usando en el momento. Estas piedras nos servirán para ir desbloqueando diversas habilidades y nuevos ataques. Incluso podremos desbloquear los recuerdos olvidados de cada daemon y descubrir cada una de sus historias, bastante interesantes todas ellas. Los ataques que desbloqueemos también podremos ir potenciándolos conforme los usemos. Este sistema de desarrollo es un acierto, e invertiremos bastante tiempo en desarrollar cada daemon que obtengamos con el objetivo de obtener unos atques que nos sirvan para nuestro estilo de juego, además de poder descubrir la historia que esconden.

   Conforme vayamos avanzando en los escenarios, deberemos enfrentarnos a gran cantidad de Perdidos, que raramente vendrán de uno en uno. Normalmente nos llegarán en pequeños grupos, pero en ocasiones nos podrán poner en una situación comprometida por meros números. Kagachi, como Guardia del Velo, posee la capacidad de cambiar entre el mundo de los vivos y el Más Allá, cosa que podremos hacer en todo momento. En cada una de estas dimensiones, las hordas de enemigos a que enfrentaremos son independientes, por lo que cada escenarios deberemos limpiarlo, por así decirlo, dos veces, una por cada uno de los mundos.

   El sistema de batalla es realmente uno de los puntos fertes del juego, ya que resulta dinámico y entretenido, y realmente nos hará pasar un buen rato durante la mayoría de las más de 20 horas de juego que nos ofrece Oninaki. Sin embargo, sobre todo una vez que nuestros daemons hasta el punto de tener ya nuestros cuatro ataques potentes con cada uno, el sistema puede hacerse algo repetitivo, dado que la mayor parte del tiempo nos limitaremos a ir usando el ataque que tengamos disponible, para pasar al siguiente mientras el anterior se refresca, y así sucesivamente.

   También dispondremos de misiones secundarias, pero en este caso son algo meramente anecdótico, y resultan bastante triviales. De vez en cuando nos cruzaremos con algún espíritu bloqueado en su paso más allá del Velo, que nos pedirá ayuda para hacer las paces con su vida pasada y avanzar a su próxima vida. Pero esta ayuda se limitará la mayoría de las veces a ir a un sitio que nos indica y... ya. Tampoco aportan nada a la historia y el premio que nos darán, una piedra que puede usarse a la hora de avanzar cualquier daemon, es útil, pero tampoco nada que realmente justifique molestarse.

 

CONCLUSION

 

Siendo sinceros, Oninaki es un título con bastantes sombras, puntos débiles que se podrían haber subsanado con más presupuesto y medios que los que la gente de Tokyo RPG Factory ha podido poner. Sin embargo, a pesar de sus fallos, también tiene cosas muy buenas. El sistema de combate en tiempo real, a pesar de que pueda llegar a hacerse repetitivo en ocasiones. resulta muy divertido, además de que el hecho de dejar atrás los combates por turnos es un buen intento de recorrer un camino menos trillado en el género por parte de la gente de Tokyo RPG Factory. También los daemons y su crecimiento también resultan en un sistema muy entretenido. 

   Lo mejor de todo, sin duda, es su ambientación, su mundo. Terriblemente interesante, coherente y sólido, iremos avanzando por la historia a la espera de descubrir un nuevo aspecto, una nueva característica de este universo propio. En resumen, si te gusta el género y disfrutas descubriendo mundos sólidos e interesantes, Oninaki es una gran opción.

 

NOTA: 7'5