Análisis GreedFall

Título: GreedFall                   Plataformas: PC, Xbox One y PS4

Género: Rol y acción            Distribuidora: Koch Media

Con un mercado de los videojuegos tan centrado en ciertas épocas del año para el lanzamiento de las grandes producciones como suelen ser los últimos meses del año, es lógico que a muchos jugadores se les pase por alto la aparición de ciertos títulos que, pese a no llegar a la calidad y niveles de acabado de los denominados Triple A, nos ofrecen una jugabilidad y unas historias dignas de ser disfrutadas. Es el caso de Greedfall, la nueva propuesta de los franceses Spiders Studio, padres de Bound by Flame y The Technomancer, que se convierte por derecho propio en su mejor proyecto y todo un soplo de aire fresco para los amantes de los juegos de rol como antaño con su dosis de acción pero también de diplomacia y de toma de decisiones y todo ello ambientado en la Europa del siglo XVII. ¿Te apetece embarcarte en esta aventura, marinero? Adelante.

 

HISTORIA

La narrativa es uno de los pilares sobre los que Greedfall se asienta y pivota en todo momento marcando nuestro devenir en la aventura a medida que vamos tomando decisiones y eliminando enemigos de todo tipo a espadazos y trabucazos.
En esta ocasión, los chicos de Spiders nos ponen en la piel de Lord o Lady de Sarted (dependiendo de la elección de sexo que hagamos) de la Congregación de Comerciantes. Nuestro objetivo es encontrar la cura para una pandemia mortal e incurable que está asolando nuestro viejo mundo y que es conocida como la Malichor. El descubrimiento de una misteriosa isla llamada Teer Fradee nos embarca en una aventura en un territorio alejado de la mano del hombre y que se convierte en nuestra única esperanza para evitar la muerte de miles de personas. 
Allí nos encontraremos con cinco facciones más además de la nuestra y que marcan una intrincada y compleja historia en la que las decisiones diplomáticas están a la orden del día puesto que las relaciones entre ellas son, en muchos casos, inexistentes y nos tocará bregar, persuadir y convencer a sus líderes para ir avanzando en la historia para conseguir nuestro objetivo.
Greedfall consigue desarrollar de forma convincente un mundo en expansión, en una época en la que la exploración, los descubrimientos científicos y las bases de nuestra cultura actual aún están por cimentar. Todo ello aderezado con los toques necesarios alejados del realismo histórico al proponernos un escenario en el que la magia es una constante en la isla con seres y criaturas mitológicas y con innumerables secretos y tesoros que descubrir. 
Un vasto mundo en el que tendremos mucho por hacer aunque no como los de los asentados y populares mundos abiertos al haber escogido la opción de grandes escenarios conectados entre sí con los tradicionales tiempos de carga (bastante asumibles por cierto).

 

La narrativa es uno de los pilares sobre los que Greedfall se asienta y pivota en todo momento marcando nuestro devenir en la aventura a medida que vamos tomando decisiones y eliminando enemigos de todo tipo a espadazos y trabucazos.

En esta ocasión, los chicos de Spiders nos ponen en la piel de Lord o Lady de Sarted (dependiendo de la elección de sexo que hagamos) de la Congregación de Comerciantes. Nuestro objetivo es encontrar la cura para una pandemia mortal e incurable que está asolando nuestro viejo mundo y que es conocida como la Malichor. El descubrimiento de una misteriosa isla llamada Teer Fradee nos embarca en una aventura en un territorio alejado de la mano del hombre y que se convierte en nuestra única esperanza para evitar la muerte de miles de personas. 

Allí nos encontraremos con cinco facciones más además de la nuestra y que marcan una intrincada y compleja historia en la que las decisiones diplomáticas están a la orden del día puesto que las relaciones entre ellas son, en muchos casos, inexistentes y nos tocará bregar, persuadir y convencer a sus líderes para ir avanzando en la historia para conseguir nuestro objetivo.

Greedfall consigue desarrollar de forma convincente un mundo en expansión, en una época en la que la exploración, los descubrimientos científicos y las bases de nuestra cultura actual aún están por cimentar. Todo ello aderezado con los toques necesarios alejados del realismo histórico al proponernos un escenario en el que la magia es una constante en la isla con seres y criaturas mitológicas y con innumerables secretos y tesoros que descubrir. 

Un vasto mundo en el que tendremos mucho por hacer aunque no como los de los asentados y populares mundos abiertos al haber escogido la opción de grandes escenarios conectados entre sí con los tradicionales tiempos de carga (bastante asumibles por cierto).

 

GRAFICOS

 

Es quizás el apartado en el que Greedfall se siente más desnudo y alejado de las grandes producciones. Su acabado gráfico no te entrará por los ojos. El motor gráfico Silk Engine está un par de pasos por detrás de motores más potentes como el Unreal Engine y su grado de realismo es significativamente menor. Pese a contar con una iluminación global y unas físicas bastante decentes, los modelados de personajes y bestias son muy planos y carentes de detalles. No en vano, las limitaciones técnicas han obligado a los desarrolladores a utilizar a muchos de los personajes secundarios que nos encontraremos por el camino como NPCs también lo que resta realismo a la producción.

Además, las texturas que presentan muchos personajes son bastante pobres y resaltan demasiado frente al esfuerzo que el estudio ha hecho en los rostros, algo más definidos. Un hecho que resta dramatismo al hilo argumental al no empatizar en muchas ocasiones con los habitantes de la isla debido a que muchos de ellos ya los hemos visto en otros lugares durante otras misiones.

También es reseñable el gusto de Spiders por la caracterización de cada una de las facciones que cuenta con ubicaciones diferentes y que realzan la inmersión al trasladarnos, pese a estar en una isla (eso sí, de grandes dimensiones), a ciudades con su particular idiosincrasia.

Alabar también el acierto por la paleta de colores, muy otoñal, con la que se articulan unos escenarios muy vivos y llenos de detalles que, en medio de la exploración o el fragor de la batalla, nos harán sentirnos en un lugar misterioso pero a la vez muy bello y recurrente. De hecho, los amantes de las capturas disfrutarán en esta producción al poder encontrar lugares idílicos para compartir en las redes sociales.

Nosotros hemos probado el juego en la versión de PS4 y no sufre de ralentizaciones (salvo momentos muy puntuales) y ofrece unos 30 rocosos fps a resolución 4K en la versión Pro.

 

JUGABILIDAD

 

Greedfall es una vuelta al pasado más reciente, al hueco dejado por Bioware con la saga Dragon Age tras embarcarse en productos más directos como Mass Effect Andromeda y el fallido Anthem. Para mucho, la llegada de Greedfall es una manera de redimirse ante la ausencia, hasta ahora, de juegos que potencien el rol con su necesaria dosis de acción y que mimen la toma de decisiones para hacer de cada partida una experiencia única.

Y Greedfall ha sabido apropiarse de ese hueco huérfano en el mercado y se adentra con una propuesta que cuenta con varios finales dependiendo de las decisiones que hayamos tomado a lo largo de la aventura. Un gol por la escuadra para llamar la atención de la legión de seguidores de Bioware ávidos de aventuras abiertas y rejugables.

Para comenzar, Greedfall nos propone la creación única de nuestro personaje eligiendo sus rasgos físicos y su especialización: guerrero, técnico y mago, cada uno especializado en el uso de armas a dos manos, trampas y hechizos respectivamente. Aunque como buen juego de rol, la especialización de nuestro personaje a través de una amplia rama de habilidades nos permitirá perfilar nuestro gustos personales en nuestro alter ego digital. Los amantes de la acción directa optarán por la fuerza y la constitución pero los que prefieran el sigilo apostarán por la agilidad o el poder mental. También hay espacio para otras tareas fuera del fragor de la batalla como la artesanía, la ciencia o forzar herraduras que marcarán el devenir de nuestra aventura porque si hay varios finales también hay muchas maneras de afrontar las misiones tanto principales como secundarias con las que avanzaremos en la trama.

Dependiendo de nuestra forma de encarar el juego podremos optar por luchar siempre (algo desaconsejable en muchas ocasiones por el gran número de enemigos con los que tendremos que enfrentarnos), por el sigilo y la discreción para pasar desapercibidos o por la diplomacia engañando o convenciendo a nuestros objetivos para que cumplan nuestro cometido.

En esta dicotomía también influyen mucho las distintas facciones ya que para algunas de ellas seremos enemigos y para otros neutrales por lo que nuestra toma de decisiones irá labrando el modo en el que nos tratarán a medida que avanza la aventura. Aunque muchas veces el resultado de nuestras decisiones sea el mismo, los personajes con los que interactuemos recordarán lo que hemos hecho en el futuro y actuarán en consecuencia.

A todo ello se suma que durante nuestro viaje podremos ir acompañados por dos compañeros más de un total de cinco, correspondientes a las distintas facciones. Todos ellos tienen sus propias opiniones, historia y motivaciones y depende de nuestras acciones y decisiones, podrán llegar a ser nuestros más fieles escuderos u odiarnos. Su apoyo es fundamental para avanzar en la aventura y la elección de unos u otros dependiendo del lugar en el que nos movemos será crucial para avanzar sin demasiada dificultad en Teer Fradee.

Estos compañeros también contarán con sus propios roles y tendremos a sanadores, tanques, arqueros… Dependiendo de nuestro modo de juego la elección de unos u otros también será vital para salir airoso de los combates que en cierto modo recuerdan mucho a los que vivimos en The Witcher 3 y ese particular baile de esquivas para atacar en el momento en el que el enemigo baja la guardia.

Para desembarazarnos del gran número de enemigos tanto humanos como sobrenaturales que nos encontraremos, contaremos con un ataque rápido y otro fuerte, así como movimientos defensivos como la citada esquiva o el contraataque. Y para ello contaremos con muchas armas inspiradas en la época como espadas, hachas, dagas y como no, armas de fuego, que utilizaremos en contadas ocasiones al ser la munición muy escasa.

La dificultad en modo normal es bastante asumible aunque si nos precipitamos podemos morir en un par de golpes contra enemigos poderosos por lo que es preciso saber cuándo atacar y no precipitarnos. Para ayudarnos, Spiders propone el uso de la pausa táctica en la que podemos realizar varias acciones de manera pausada y facilitarnos así el combate. Algo que a mi parecer resta presión y facilita mucho los combates por lo que desaconsejamos su uso salvo en ocasiones en los que nuestra supervivencia sea crítica.

Como buen juego de rol, Greedfall ofrece también un importante abanico de armaduras con las que complementar nuestro arsenal armamentístico y potenciar aún más nuestra especialización. Una buena manera de incentivar la exploración para encontrar mejor equipamiento y facilitar así nuestra supervivencia en esta isla llena de peligros.

Nuestro consejo es que no os centréis en exceso en un rol y mezcléis ambos para potenciar tanto el ataque directo como a distancia con el uso de magia. De esta forma, seremos más versátiles en los combates.

La aventura además no nos hace sentirnos unos recaderos como en muchos otros juegos de mundo abierto y las misiones que nos iremos encontrando siempre tienen algo que contarnos y ahondan en el lore de esta misteriosa isla. Todo un guiño a CD Projekt y a Geralt de Rivia que es muy de agradecer. Si somos directos y no exploramos en exceso el juego se puede alargar hasta las 30 horas, una decena o dos más si decidimos conocer todos sus rincones.

 

SONIDO

 

Greedfall es una vuelta al pasado más reciente, al hueco dejado por Bioware con la saga Dragon Age tras embarcarse en productos más directos como Mass Effect Andromeda y el fallido Anthem. Para mucho, la llegada de Greedfall es una manera de redimirse ante la ausencia, hasta ahora, de juegos que potencien el rol con su necesaria dosis de acción y que mimen la toma de decisiones para hacer de cada partida una experiencia única.

Y Greedfall ha sabido apropiarse de ese hueco huérfano en el mercado y se adentra con una propuesta que cuenta con varios finales dependiendo de las decisiones que hayamos tomado a lo largo de la aventura. Un gol por la escuadra para llamar la atención de la legión de seguidores de Bioware ávidos de aventuras abiertas y rejugables.

Para comenzar, Greedfall nos propone la creación única de nuestro personaje eligiendo sus rasgos físicos y su especialización: guerrero, técnico y mago, cada uno especializado en el uso de armas a dos manos, trampas y hechizos respectivamente. Aunque como buen juego de rol, la especialización de nuestro personaje a través de una amplia rama de habilidades nos permitirá perfilar nuestro gustos personales en nuestro alter ego digital. Los amantes de la acción directa optarán por la fuerza y la constitución pero los que prefieran el sigilo apostarán por la agilidad o el poder mental. También hay espacio para otras tareas fuera del fragor de la batalla como la artesanía, la ciencia o forzar herraduras que marcarán el devenir de nuestra aventura porque si hay varios finales también hay muchas maneras de afrontar las misiones tanto principales como secundarias con las que avanzaremos en la trama.

El juego no está doblado al castellano pero sí traducido por lo que deberemos estar atentos a los subtítulos ya que las conversaciones son muy importantes durante todo la trama argumental y no debemos perder detalle. Un doblaje completo habría sido todo un acierto pero se entiende que esta producción de los franceses, tan limitada en cuanto a presupuesto, no podía permitirse el esfuerzo en ese plus.

En cuanto a la banda sonora, el estudio francés ha ido a lo seguro y ha apostado por un autor que poco a poco se va creando un importante hueco en el sector: Olivier Deriviere, responsable de la notable banda sonora de A Plague Tale: Innocence y también de otras producciones como Vampyr y Remember Me. Su gusto por el dramatismo y la epopeya es perfectamente reconocible en unas piezas musicales ligeras durante la exploración y estridentes y estresantes durante los combates. 

También son contundentes los sonidos de las armas, sobre todo, las de fuego, lo que eleva un punto el realismo en este apartado.

 

CONCLUSIÓN

 

Greedfall es un juego notable en su acabado y jugabilidad. No destaca sobremanera en ningún apartado pero tampoco desentona ni chirría. Su apuesta por la toma de decisiones con consecuencias y un final abierto, la exploración y un más que notable combate es una gran noticia para los huérfanos de juegos de rol y acción de Bioware. Spiders toma el relevo y lo hace con ese chico o chica que, de primeras no te enamora por su físico (un acabado gráfico resultón), pero que te termina obnubilando por su personalidad única y diferente (historia y mecánicas jugables). Si estabas esperando un juego de rol y acción aderezado con una gran trama argumenta, enhorabuena, la isla Teer Fradee te está esperando, explorador.

LO MEJOR

  • La ambientación y la historia son muy satisfactorias.
  • Su rejugabilidad al ofrecer un final abierto dependiendo de nuestras decisiones.
  • La personalización de nuestro personaje. Hay un gran número de habilidades y equipamiento.
  • Su apuesta por mapas más reducidos e interconectados dando esquinazo a los ya saturados mundos abiertos.
  • La posibilidad de resolver las misiones de diferentes maneras está muy bien implementada.

LO PEOR

  • Su acabado gráfico es su gran talón de Aquiles. No desentona pero tampoco revoluciona.
  • Al no venir doblado al castellano deberemos estar muy atentos a las ingentes líneas de subtítulos.
  • Los combates son en ocasiones caóticos cuando nos enfrentamos a muchos enemigos y en más de una ocasión morderemos el polvo de manera injusta.
  • Las limitaciones de presupuesto también han provocado que muchos personajes se repitan por el mundo restando credibilidad al conjunto.

 

NOTA: 8